Unos Dinosaur Jr. de la nueva generación, con una voz más dulce que la del mismísimo J Mascis, emparentada más a la de Kevin Shield (My Bloody Valentine) y con letras que abordan los miles de problemas y conflictos que cualquier adolescente promedio tiene. Desde Oslo, Noruega, nos llega I Was a King, una banda con sonidos viejos del shoegaze y distorsionados del noise-pop, que con este, su segundo LP editado a principios de este año que esta por irse (2009), muestran una cierta madurez y aunque su sonido es el mismo, en este trabajo se escuchan mejor producidos y no tan lo-fi, como en su primer trabajo. Sus influencias resultan evidentes de descubrir, son shoegaze hasta el espinazo y dulces en exceso, beben de los dulces licores que dejaron My Bloody Valentine y se emborrachan hasta vomitar guitarras con sonido Dinosaur Jr., para despertar con resaca de Teenage Fanclub.
Lo maravilloso de I Was a King son sus canciones cortas, que se van como el vino al beberlo, que aunque la canción más larga del LP es "It's All You" (con introducción en piano), cada canción tiene su característica razón de ser, son individuales, son pequeños componentes con funciones propias que al juntarse forman un todo, pero que al estar separadas, pueden trabajar solas. Para quienes extrañan el sonido My Bloody Valentine, sin mezclar la electrónica con el shoegaze como estos mismos lo hicieran con su "Loveless", I Was a King es una banda que hace ruido, pero lo domestica de una manera dulce y sofisticada. El disco está lleno de extrañas y diversas colaboraciones, que van desde Emil Nikolaisen (de sus compatriotas noruegos Serena Maneesh), Sufjan Stevens, Daniel Smith (de Danielson) y Gary Olson (de Ladybug Transistor), grabado en la "Marlborough Farms" en Brooklyn, Nueva York, y mezclado por Nick Terry quien anteriormente trabajo con The Libertines y Klaxons.
Lo maravilloso de I Was a King son sus canciones cortas, que se van como el vino al beberlo, que aunque la canción más larga del LP es "It's All You" (con introducción en piano), cada canción tiene su característica razón de ser, son individuales, son pequeños componentes con funciones propias que al juntarse forman un todo, pero que al estar separadas, pueden trabajar solas. Para quienes extrañan el sonido My Bloody Valentine, sin mezclar la electrónica con el shoegaze como estos mismos lo hicieran con su "Loveless", I Was a King es una banda que hace ruido, pero lo domestica de una manera dulce y sofisticada. El disco está lleno de extrañas y diversas colaboraciones, que van desde Emil Nikolaisen (de sus compatriotas noruegos Serena Maneesh), Sufjan Stevens, Daniel Smith (de Danielson) y Gary Olson (de Ladybug Transistor), grabado en la "Marlborough Farms" en Brooklyn, Nueva York, y mezclado por Nick Terry quien anteriormente trabajo con The Libertines y Klaxons.