Un sorprendente trió de japoneses, que canción tras canción explican en Okurimono (editado en este año), que la música es lo único y enteramente importante para ellos, son virtuosos en cada uno de los instrumentos que ejecutan y aunque su sonido es muy similar a bandas de su país, sin la experimentación de instrumentos raros, estos exploran armonías, sonidos dulces y ambivalentes, dulces recuerdos y un sinfín de melodías en canciones que no sobrepasan de cinco minutos, creando ambientes de relajación y desesperación bien encaminada, en doce canciones que reflejan el hambre por la melodía, por crear momentos y regalarlos. Su sonido va desde pequeños destellos de Math Rock, Post Rock e incluso un poco de Jazz improvisado, acoplándose perfectamente y dejando presumir todos y cada uno de los instrumentos (guitarra/batería/bajo) que se utilizan, sin duda es un disco que resulta agradable al oído incluso de alguien que no esté familiarizado con el género.
Por cierto, a todos una FELIZ NOCHEBUENA, FELIZ NAVIDAD y que siga la música.
Por cierto, a todos una FELIZ NOCHEBUENA, FELIZ NAVIDAD y que siga la música.
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