Vampire Weekend - Contra

Uno de los discos "esperados" en este 2010, es el "Contra" de Vampire Weekend, que aunque debo confesarme no tan fan del primer LP del 2008, si le encontré el gusto a la banda justo cuando toda la atención ya no estaba encima de ellos, aceptando que ese "Vampire Weekend" del 2008 tenía un par de himnos que hicieron un sonido característico de la banda. Pero la duda era, más que llenar mis expectativas, ¿llenaría las expectativas de la crítica, después de que miles de medios los enaltecieron como LA banda a escuchar, desde la MTV, hasta Pitchfork y demás medios?, pues bien, parecía una tarea difícil, tomando en cuenta que el primer trabajo era en exceso pegajoso y de fácil "digestión", pero a mi forma de ver o escuchar las cosas, Vampire Weekend sale bien librado y aunque "Contra" no cuenta con canciones emblemáticas o que queden en el inconsciente colectivo, como "Campus", "Oxford Comma" o "A-Punk", emplea las mismas herramientas utilizadas en su primer trabajo, experimentando un poco y dejándose ver una notable evolución, sin perder los pies del suelo. Estos chicos utilizaron sus encantos que gustaron a miles y le dieron un sencillo apretón de tuercas, sin verse afectados en su sonido, ni en las expectativas de la gente, si escucharon "Ottoman", la canción que apareció en el Soundtrack de "Nick & Norah's Infinite Playlist", podrán darse una idea de que trata este "Contra", melodías y voces dulces, coros unas veces con influencia "Afro", cierta ayuda de samples y sintetizadores, guitarras tenues a velocidad tropicaloza y una que otra guitarra acústica, sobre todo en la canción "I Think Ur A Contra", que es la "balada" con la cual cierra el disco. "Contra" es un disco que suena maduro, que tiene sus momentos sosos, pero que crece en cada canción, que fácilmente podría comercializar un buen numero de sencillos, excluyendo los dos hasta este momento ("Horchata" y "Cousins"), como "California English", "Holiday" (que es lo más cercano al antiguo trabajo de la banda), "Giving Up The Gun" que es una especie de himno pop que bien pudo haber sido hecho por New Order o Pet Shop Boys. El disco cumple, tal vez no con la crítica, pero si con ellos mismos, demostrándose que son más que una banda del "momento", que han madurado como compositores, músicos e individuos, notándose esto en la producción, misma que corrió a cargo de Rostam Batmanglij, miembro de la banda (teclados).

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