![[el mundo de juan]](http://1.bp.blogspot.com/_9eFkKD6PkX8/Sszkf1Abz3I/AAAAAAAAAbE/sTRwptOT1Xw/S1600-R/letters.gif)
Aunque su nombre se dice MASTERKRAFT, se escribe MSTRKRFT (omitiendo vocales), son originarios de Toronto (Canadá), son un dúo formado por dos ex-integrantes de bandas (Death From Above 1979 y Girlsareshort) muy buenas que en lo personal, extraño. Estos dos señores se traen desde un rato, algo que se siente bien, se escucha bien y te mueve bien. Se mueven dentro de la electrónica, pero no por eso dejan de ser músicos y productores, que saben cómo suena un instrumento de forma orgánica, porque lo tocan y no simplemente se basan en samples, scratch, sintetizadores y computadoras.
Con este, su segundo álbum no se arriesgan mucho y van a la segura, ocupan mucho de los elementos empleados en su primer disco (The Looks), lo cual no es del todo malo, el disco suena fuerte, agresivo, bailable y a la vez experimental. El disco abre con la cuadrada (musicalmente hablando) "It Ain't Love" participando en las voces la belleza del R&B Lil' Mo, con esa voz dulce que me recuerda esos años de música disco (y no porque lo haya vivido, sino por la música que eh escuchado, eh), el riff de la canción pareciera sacado de ese penetrante bajo que marcaba las notas en Death From Above, lo cual me agrada. "1000 Cigarettes", es una especie de continuación a la anterior canción, es agresiva, es punk, es bailable y rompe-huevos, recuerda mucho a esos franchutes que esconden sus rostros con mascaras diciendo que son maquinas. "Bounce" es otra de las muchas canciones con colaboraciones de gente relacionada en el Hip Hop y R&B, esta ocasión le toca a N.O.R.E, de la banda "Capone-N-Noreaga" e Isis (cantante de R&B).
En "Vuvuvu" siguen con ese sonido que los caracteriza, aunque si se siente cierta influencia de Daft Punk, estos señores logran separarse de ese estigma sonando distintos, supongo que la clave está en esa base rítmica tan a la Death From Above que Jesse F. Keeler le aporta a la banda. El señor John Legend da su aportación de manera excepcional con "Heartbreaker" con mi canción favorita del disco (en este momento). La canción que da título al álbum (Fist of God), es divertida, movida y te anima a moverte, sea cual sea la parte del cuerpo que muevas, sigue bajo esa base rítmica que Keeler sabe llevar tan bien. Con "So Deep" vuelven las colaboraciones, ahora a cargo de The Carps, ese otro gran dúo canadiense que también se recomienda por separado, pronto estaré hablando de ellos (sigo pensando, los gringos están sobreestimados, lo bueno ahora está en Canadá).
Las colaboraciones continúan, ahora con E-40 en "Click Click" y dejándome ver que este disco es bueno, por utilizar a gente relacionada en el Hip Hop, pero gente no tan maliciosa "comercialmente" hablando, es decir, no el clásico rapper que vemos en MTV cada dos videos seguidos, eso es lo que hace brillar a este disco, o al menos es, a mi gusto, el gran aporte que le dan a su música estos señores. "Word Up" cuenta con Ghostface Killah, otra de esas aportaciones rappers no tan comercialmente comunes, la canción es demasiado bailable para ser de las canciones con que cierra este disco perfecto para la peda.
El disco debe ser escuchado de principio a final, porque en si no existe cortes entre canción y canción, es como si estos dos señores se hayan puesto a mezclar en un buen "cotorreo" y mientras alguien los haya estado grabando sin ellos darse cuenta. El disco sabe a fiesta y prende. Por eso, y solo por eso, este disco es perfecto en viernes y hoy me autodestruyo.
Con este, su segundo álbum no se arriesgan mucho y van a la segura, ocupan mucho de los elementos empleados en su primer disco (The Looks), lo cual no es del todo malo, el disco suena fuerte, agresivo, bailable y a la vez experimental. El disco abre con la cuadrada (musicalmente hablando) "It Ain't Love" participando en las voces la belleza del R&B Lil' Mo, con esa voz dulce que me recuerda esos años de música disco (y no porque lo haya vivido, sino por la música que eh escuchado, eh), el riff de la canción pareciera sacado de ese penetrante bajo que marcaba las notas en Death From Above, lo cual me agrada. "1000 Cigarettes", es una especie de continuación a la anterior canción, es agresiva, es punk, es bailable y rompe-huevos, recuerda mucho a esos franchutes que esconden sus rostros con mascaras diciendo que son maquinas. "Bounce" es otra de las muchas canciones con colaboraciones de gente relacionada en el Hip Hop y R&B, esta ocasión le toca a N.O.R.E, de la banda "Capone-N-Noreaga" e Isis (cantante de R&B).
En "Vuvuvu" siguen con ese sonido que los caracteriza, aunque si se siente cierta influencia de Daft Punk, estos señores logran separarse de ese estigma sonando distintos, supongo que la clave está en esa base rítmica tan a la Death From Above que Jesse F. Keeler le aporta a la banda. El señor John Legend da su aportación de manera excepcional con "Heartbreaker" con mi canción favorita del disco (en este momento). La canción que da título al álbum (Fist of God), es divertida, movida y te anima a moverte, sea cual sea la parte del cuerpo que muevas, sigue bajo esa base rítmica que Keeler sabe llevar tan bien. Con "So Deep" vuelven las colaboraciones, ahora a cargo de The Carps, ese otro gran dúo canadiense que también se recomienda por separado, pronto estaré hablando de ellos (sigo pensando, los gringos están sobreestimados, lo bueno ahora está en Canadá).
Las colaboraciones continúan, ahora con E-40 en "Click Click" y dejándome ver que este disco es bueno, por utilizar a gente relacionada en el Hip Hop, pero gente no tan maliciosa "comercialmente" hablando, es decir, no el clásico rapper que vemos en MTV cada dos videos seguidos, eso es lo que hace brillar a este disco, o al menos es, a mi gusto, el gran aporte que le dan a su música estos señores. "Word Up" cuenta con Ghostface Killah, otra de esas aportaciones rappers no tan comercialmente comunes, la canción es demasiado bailable para ser de las canciones con que cierra este disco perfecto para la peda.
El disco debe ser escuchado de principio a final, porque en si no existe cortes entre canción y canción, es como si estos dos señores se hayan puesto a mezclar en un buen "cotorreo" y mientras alguien los haya estado grabando sin ellos darse cuenta. El disco sabe a fiesta y prende. Por eso, y solo por eso, este disco es perfecto en viernes y hoy me autodestruyo.
